El trabajo remoto ya no es una tendencia pasajera: es una realidad consolidada en empresas de todos los tamaños y sectores. Sin embargo, esta modalidad presenta nuevos desafíos para la ciberseguridad, ya que los empleados acceden a información sensible fuera de la red corporativa, muchas veces desde dispositivos y conexiones que no siempre cuentan con las protecciones adecuadas.
De cara a 2025, las amenazas son más sofisticadas que nunca: ransomware dirigido a usuarios remotos, phishing personalizado, malware en dispositivos móviles y ataques a través de redes Wi-Fi inseguras. Para mitigar estos riesgos, las organizaciones deben implementar un enfoque integral de seguridad en trabajo remoto, combinando políticas, tecnología y capacitación.

Por qué la seguridad en trabajo remoto es crucial
El aumento del trabajo híbrido y remoto amplía la superficie de ataque de las organizaciones. Cada conexión externa a la red corporativa es un potencial punto de entrada para los ciberdelincuentes. Algunos riesgos comunes incluyen:
- Dispositivos no gestionados: laptops o móviles personales usados para acceder a información de la empresa.
- Redes públicas: conexiones en cafeterías, aeropuertos u hoteles que pueden ser fácilmente interceptadas.
- Phishing y ataques de ingeniería social: correos fraudulentos que buscan robar credenciales.
- Falta de actualización de software: equipos sin parches de seguridad recientes.
Frente a este escenario, es fundamental aplicar mejores prácticas que garanticen la confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información.
Mejores prácticas de seguridad en trabajo remoto para 2025
- Implementar soluciones de Endpoint Protection
Los dispositivos de los empleados deben estar protegidos contra malware, ransomware y accesos no autorizados. Soluciones modernas de Endpoint Protection incluyen detección avanzada basada en comportamiento e inteligencia artificial. - Adoptar una política Zero Trust
El modelo Zero Trust parte de la premisa de “nunca confiar, siempre verificar”. Esto implica validar continuamente la identidad del usuario, el dispositivo y la conexión antes de otorgar acceso a los recursos corporativos. - Uso obligatorio de VPN o ZTNA
Las VPN seguras siguen siendo útiles, pero están siendo reemplazadas progresivamente por el ZTNA (Zero Trust Network Access), que ofrece un acceso más granular y seguro a las aplicaciones, sin exponer toda la red. - Autenticación multifactor (MFA)
La MFA debe ser un requisito para todos los accesos remotos. El uso de tokens, aplicaciones móviles o biometría reduce drásticamente el riesgo de accesos indebidos por robo de credenciales. - Gestión de contraseñas
El trabajo remoto aumenta la cantidad de cuentas y credenciales que los usuarios manejan. Un gestor de contraseñas corporativo como 1Password asegura que se utilicen contraseñas robustas y únicas. - Monitoreo y registro de actividad
El uso de plataformas como Teramind o Syteca permite identificar comportamientos sospechosos, prevenir fugas de datos y generar evidencia en caso de incidentes. - Protección de comunicaciones
El correo electrónico y las herramientas de colaboración deben contar con filtros antiphishing, cifrado y protección contra malware. Soluciones como TitanHQ y SendMarc ayudan a prevenir ataques de suplantación de identidad. - Capacitación continua en ciberseguridad
El factor humano sigue siendo el eslabón más débil. La formación constante en detección de correos fraudulentos, buenas prácticas de contraseñas y uso seguro de dispositivos es clave.
Ejemplo práctico: trabajo remoto seguro en 2025
Imaginemos una empresa con empleados distribuidos en tres países. Cada trabajador utiliza una laptop corporativa con antivirus de nueva generación y control de parches. Para conectarse a las aplicaciones internas, acceden mediante ZTNA, validando su identidad con MFA y un gestor de contraseñas centralizado.
Las comunicaciones por correo pasan por un filtro antiphishing, mientras que las sesiones de trabajo se registran y analizan para detectar comportamientos anómalos. Además, los empleados reciben capacitaciones mensuales en ciberseguridad, con simulaciones de ataques de phishing.
El resultado: una reducción significativa en incidentes de seguridad y mayor confianza de clientes y socios.
Conclusión
La seguridad en trabajo remoto debe ser una prioridad estratégica para 2025. Con la combinación adecuada de tecnologías, políticas y capacitación, las empresas pueden proteger su información crítica y garantizar que sus empleados trabajen de forma productiva y segura desde cualquier lugar.
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